La evolución genética del melón Piel de Sapo ha experimentado en los últimos años una transformación necesaria, impulsada tanto por la presión de virus como por las exigencias del mercado. En este contexto, Syngenta ha logrado posicionarse como líder indiscutible en el segmento temprano con variedades como Graciano y, más recientemente, Bobal.
Salto varietal
La referencia de la última campaña fue Bobal, un Piel de Sapo adaptada al segmento temprano que combina un completo paquete de resistencias -oídio, pulgón y Nueva Delhi- con un excelente comportamiento en campo y aceptación del mercado.
Bobal ha respondido muy bien tanto en Almería (invernadero) como en el temprano de Murcia, en fechas que van desde mediados de enero hasta abril. Esta variedad tiene una ‘doble aptitud’, “permite al agricultor asegurar su producción frente a enfermedades y, al mismo tiempo, cumple con las exigencias del comprador en sabor y presentación”, explica Víctor García, jefe de producto de cucurbitáceas de Syngenta.
La variedad ha destacado por su versatilidad comercial, demandada tanto para supermercados (fruta cortada) como para marcas premium. “Esa doble aptitud, esa polivalencia, ha sido clave en su rápida aceptación por parte del mercado”.
Con Graciano y Bobal, Syngenta alcanza ya más del 50% de cuota de mercado en el segmento temprano de melón Piel de Sapo, abarcando Almería (invernadero) y Murcia.
El próxima objetivo de la casa de semillas es cubrir todo el ciclo con materiales adaptados a aire libre. Para ello, están desarrollando MP7758 con el mismo paquete de resistencias de Bobal, pero adaptada a trasplantes de mayo en adelante, más rústica, con un sistema radicular potente y muy buena adaptabilidad a condiciones de estrés.
Resistencia a Nueva Delhi
Una de las amenazas más preocupantes para el cultivo de melón bajo invernadero en zonas como Almería es el virus de Nueva Delhi, que se transmite por la mosca blanca, cuya incidencia ha ido en aumento en las últimas campañas. “Este virus causa un colapso de la planta, afectando a su desarrollo vegetativo”, advierte el responsable de cucurbitáceas de Syngenta.
Por ello, la resistencia genética al virus se ha convertido en un elemento estratégico para los agricultores, “en Almería hemos observado un crecimiento muy fuerte de la presión del virus en invernadero”, añade.
Sabor y calidad organoléptica
La evolución genética del melón Piel de Sapo ha ido en los últimos años hacia carnes más firmes y con mayor vida comercial, lo que ha traído consigo un retroceso en el sabor tradicional. “El consumidor ha percibido esa pérdida de sabor en muchas referencias, y eso ha afectado a la confianza en el producto, algo que no ha ocurrido en sandía”, admite García, quien añade que el sabor vuelve a marcar la diferencia.
Menos melón, más rentabilidad en sandía
El desequilibrio entre rentabilidad, fiabilidad de producción y sabor ha derivado en una paulatina caída en la superficie de melón Piel de Sapo, en favor de la sandía. “La sandía ofrece más kilos por hectárea, más uniformidad de calibre y sabor durante toda la campaña, lo que la hace más atractiva para el agricultor”, provocando que parte de la superficie se haya desplazado hacia sandía. “Mientras en sandía el agricultor corta una producción estandarizada, en melón tiene que clasificar más: primera, segunda, calibres… La sandía da más seguridad y previsibilidad”.
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