Micha R, et al., condujeron esta revisión sistemática y metaanálisis para evaluar los efectos de las políticas del entorno alimentario escolar sobre los hábitos dietéticos, la adiposidad o los factores de riesgo metabólicos de los niños.
Tras la inclusión de 91 estudios y el análisis de sus datos, resultó que las políticas de entrega directa de alimentos, centradas principalmente en frutas y hortalizas, aumentaron el consumo de frutas en 0,27 raciones/día, el de frutas y hortalizas en su conjunto en 0,28 raciones/día y solo en 0.04 raciones/día el de hortalizas. Cuando se establecen guías de comedores donde se enfatizan los entornos saludables, la ingesta de frutas aumentó en 0,76 raciones/día y se redujo el de grasas totales, grasas saturadas y sal, pero no el de energía total. Solo 17 estudios evaluaron la adiposidad, pero en general, no observaron cambios relevantes.
Los autores refieren como eficaces para mejorar el consumo de frutas en el entorno escolar, las políticas orientadas a mejorar los entornos alimentarios escolares tales como los programas de entrega de frutas y hortalizas, la regulación de la exposición a alimentos de baja calidad nutricional y los estándares para las comidas escolares. El bajo impacto sobre el de hortalizas lo atribuyen a una menor palatabilidad comparada con las frutas y los procesos de preparación o cocción.
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