El consumo de frutas y hortalizas ha demostrado tener un impacto beneficioso para la densidad ósea. Nuevos estudios científicos de alta calidad metodológica, como el del grupo liderado por Brondani et al., refuerzan este mensaje.
El análisis combinado de los 6 estudios observacionales identificados y que siguieron a más de 225.000 personas, indicaron una reducción de hasta el 8 % en el riesgo de fractura de cadera en individuos de más de 50 años cuando se comparaban los que consumían habitualmente al menos 5 raciones entre frutas y hortalizas con los que tomaban menos o no las consumían.
Los posibles mecanismos de acción que los autores atribuyen al consumo de frutas y hortalizas son: a) el papel de las frutas y verduras para modular el equilibrio ácido-básico, aumentando el pH, b) el potencial efecto antioxidante atribuido a nutrientes como la vitamina C y otras sustancias fitoquímicas, que podría aumentar la capacidad de remodelación ósea, y c) la capacidad de reducir la inflamación crónica.
Los datos, una vez ajustados por factores de confusión, subrayan la importancia de los patrones de alimentación ricos en frutas y hortalizas en la prevención del riesgo de fractura de cadera, y cómo su consumo podría considerarse como un factor independiente de otros determinantes de salud.
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