La elección de alimentos puede verse influenciada por las barreras que los consumidores perciben a la hora de seguir una alimentación saludable. Este estudio evaluó esta relación en población adulta de entornos urbanos de 5 países europeos (Hungría, Bélgica, Francia, Países Bajos y Reino Unido). Entre las barreras consideradas se encuentran los horarios de trabajo irregulares, renuncia a alimentos preferidos, estilo de vida ajetreado, falta de fuerza de voluntad, precio de alimentos saludables, gustos preferidos de familiares y amigos, falta de opciones saludables y alimentos poco atractivos.
Entre los resultados más relevantes se destaca que las personas que percibieron cualquiera de las barreras mencionadas, tenían menos probabilidades consumir alimentos saludables y más comida rápida. La 'falta de fuerza de voluntad', las 'limitaciones de tiempo' y las 'preferencias de sabor' mostraron una relación más fuerte con el consumo. En el caso de las frutas, los consumidores que percibieron “falta de fuerza de voluntad”, “alimento poco apetecible” y “precio elevado” y fueron los que comieron menos fruta, mientras que, en el caso de las hortalizas, las barreras más potentes fueron también la “falta de fuerza de voluntad”, seguidas de “precio elevado”, “estilo de vida ajetreado” y “alimento poco apetecible”. El estudio señala, además, que las barreras para el consumo de frutas y hortalizas tuvieron un mayor efecto en las personas más jóvenes y en el grupo de mujeres.
El estudio termina concluyendo que las intervenciones destinadas a aumentar el consumo de frutas y verduras entre los jóvenes y las mujeres, debería centrarse en cuestiones relacionadas con el sabor. Sin embargo, también destacan que los entornos alimentarios que faciliten el acceso a alimentos saludables podrían atenuar gran parte de las barreras percibidas por los consumidores a la hora de seguir una alimentación saludable.
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