La oferta de frutas y hortalizas listas para consumir es una vía que facilita su consumo, sin embargo, cuando están cortadas son productos muy perecederos, por lo que su envasado es crucial para mantener su calidad sensorial y nutricional y alargar su vida útil. El mercado de frutas y hortalizas de 4ª gama es cada vez mayor, ofreciendo presentaciones muy diversas, como pelado, troceado, lavado, etc., listas para el consumo o cocinado directos. Los materiales más utilizados en su envasado son los plásticos derivados del petróleo, pero la limitación de este recurso y el hecho de que no es biodegradable, suponen un reto para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible. La investigación ha centrado sus esfuerzos en la producción de compuestos reciclables y biodegradables obtenidos a partir de biomasa, microorganismos o elementos químicos sencillos de origen natural. Por ejemplo, las películas a base de gluten de trigo pueden alargar hasta 12 días las fresas en refrigeración, aunque en estos casos, se deben tomar precauciones en dietas de exclusión de gluten. Sin embargo, dichas películas poseen propiedades mecánicas y de barrera pobres en comparación con sus homólogos comerciales. Se ha propuesto la incorporación de diversos aditivos para mejorar las características de la película y las cualidades sensoriales de las frutas y hortalizas cortadas, tales como nanopartículas de plata o aceites esenciales. En la revisión de Abdul Khalil, H.P.S y colaboradores, se presenta las diferentes metodologías para la fabricación de películas y las propiedades y aplicaciones de películas de base biológica para el envasado de productos frescos cortados.
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