El trabajo de Esther García Esquinas y colaboradores es uno de los primeros de la literatura científica que ha estudiado la asociación entre el consumo de frutas y hortalizas y el riesgo de fragilidad en personas mayores, una condición de salud que las hace más vulnerables. Sus conclusiones, son claras, las personas mayores que consumen frutas y hortalizas habitualmente, tienen a corto plazo menos riesgo de fragilidad. Pero, además, destaca que el mayor impacto en la reducción del riesgo, se obtuvo en aquellas personas que consumieron al menos 5 raciones entre frutas y hortalizas, en concreto, 3 raciones de frutas y 2 de hortalizas. El efecto podría ser debido a su aporte de nutrientes antioxidantes, sustancias activas y elementos clave en la modulación de la inflamación. Los resultados apuntan a que cuanta más cantidad de frutas y hortalizas se consumen, menor es el riesgo de fragilidad, mensaje que es consistente con la recomendación de incrementar su consumo hasta alcanzar al menos las 5 raciones al día.
