La evidencia científica respalda el consumo de frutas y hortalizas para reducir el riesgo de eventos cardiovasculares, especialmente cuando forman parte de patrones de alimentación saludables como la Dieta Mediterránea. Sin embargo, los estudios que profundizan sobre el efecto de determinadas frutas y hortalizas o sus familias, son más escasos.
Un reciente estudio publicado en el CARDIOVASCULAR JOURNAL OF AFRICA, explora el papel de las hortalizas de hoja, es decir, de las verduras, en la prevención de primaria de eventos cardiovasculares. Ojagbemi elt al., enfatizan en que los países de bajos y medios ingresos se caracterizan por la disponibilidad de verduras ricas en sustancias protectoras que podrían ser utilizadas en las estrategias de salud publica para la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Se incluyeron 17 estudios con datos de consumo de verduras (hortalizas de hoja) que una vez analizados en su conjunto se asociaron a una disminución del riesgo del 7% de sufrir enfermedades cardiovasculares, y específicamente, hasta el 8% de para el caso de ictus. Estos hallazgos son coherentes con otros estudios similares, que atribuyen una mayor protección cuando el consumo de verduras es diario comparado con un consumo semanal.
Los autores atribuyen este efecto protector al contenido en fibra, folatos, vitaminas K, C, y E, calcio y otros micronutrientes y sustancias activas propios de las hortalizas de hoja verde.
