El consumo de frutas y verduras se ha asociado a benéficos para mantener la salud y prevenir una gran cantidad de enfermedades.
Pero, ¿son todas las frutas y hortalizas iguales? La respuesta corta es no, pero si extendemos el argumento, concluiríamos que ese beneficio deriva especialmente de la ingesta de una amplia variedad de frutas y hortalizas. Sin embargo, son numerosos los estudios que, además, exploran el impacto en la salud de algunas familias de frutas y hortalizas concretas. Ese es el caso de las “crucíferas”, que agrupa a toda una amplia variedad de coles, brócoli, coliflor, berros, nabo, etc.
A partir de estudios observacionales que siguen a grandes grupos de población y que evalúan su consumo de alimentos y estado de salud en distintos momentos, se ha observado que el consumo de crucíferas podría asociarse a un menor riesgo de mortalidad por todas las causas, menor riesgo de cáncer de pulmón y riesgo cardiovascular. Estos efectos cabría atribuirlos al aporte de sustancias bioactivas propias de estas hortalizas: los glucosinolatos. Estudios de laboratorio, han mostrado que estas sustancias fitoquímicas tendrían propiedades saludables, que podrían ser responsables de sus efectos en la salud humana. Los estudios presentados son una muestra del potencial que las crucíferas tienen en la investigación de estudios controlados en humanos, parar probar cuál es el efecto de su consumo, y qué sustancias están asociadas a ese efecto en la salud humana.
