Ya apuntaba el melón cuando a alguien se le ocurrió ofrecerlo con jamón, marinando sabores. La familia Bruñó son los artesanos del melón Piel de Sapo de Europa. Poetas que dibujan al lomo del escriturado de un Piel de Sapo para recitar escarcha de melón cítrico; una ficocianina esmeralda de melón azul; un entrante de melón asado con pamplinas y requesón o una sopa de melón con apio y manzana; sin perder el plato de postre a base de sandía con yogur y fresas.
Ya para cerrar un mojito de melón Bruño y un Bloddie mary de sandía Bruño. Este melón al límite tiene su espacio en la Melonería, una plataforma virtual donde la familia Bruño está dispuesta a escuchar todas las propuestas en la que el melón Piel de Sapo sea protagonista y se lleve a espacios inimaginables.
La Familia Bruñó es de las pioneras en cuidad y seleccionar el Piel de Sapo. Tres generaciones cuidando melones durante los 12 meses. Primero desde España y más tarde desde Brasil y Senegal, cuidando y protegiendo una marca como Bruñó.
Este año la propuesta al límite ha corrido a cargo de Rodrigo de la Calle con la calidad y la selección de los melones Bruñó. “No todos los melones están preparados para llevar al límite a este producto, ya que no todos trabajan y cuidan este producto como la familia Bruñó”, declara Rodrigo de la Calle.
La familia Bruñó selecciona los melones uno a uno antes de marcar su selección y desde su experiencia y años detectan las carnes más sabrosas, dulces y crujientes del Piel de Sapo. “Todo melón que lleva la marca Bruñó supone triunfo seguro”, señala José Manuel Bruñó, director comercial de la castellonense Hermanos Bruñó.
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