En cualquier momento de nuestra vida, la clave de una buena salud está en conseguir el equilibrio entre una buena alimentación y la actividad física. Hoy os traemos algunas recomendaciones adaptadas a diferentes grupos de edad para comer bien, ya que, por ejemplo, nietos y abuelos, no tienen las mismas necesidades en su alimentación.
Optar por decisiones inteligentes en cuanto a la alimentación durante los primeros años de vida y a lo largo de la edad adulta, puede ayudarnos a reducir el riesgo de ciertas afecciones como la obesidad, las enfermedades cardiacas, la hipertensión, la diabetes, algunos tipos de cáncer y la osteoporosis. Con el objetivo de poder aprovechar al máximo lo que la vida nos puede ofrecer, desde “5 al día” os sugerimos algunas recomendaciones acordes a cada edad.
Bebés
Las hortalizas son esenciales en la alimentación diaria de los bebés, a partir de los 6 meses, cuya introducción debe ser progresiva. Podemos darles patata, zanahoria, calabaza, calabacín, puerro, acelgas o judías verdes. Debemos prepararlas sin piel y hervidas, preparando después una papilla homogénea con la batidora.
Hay que recordar que el bebé está adaptando su gusto a nuevos sabores por lo que deberemos darle las hortalizas con una toma de leche. Es importante además no salar las verduras, ya que no lo necesita aún, tal vez un par de gotas de aceite de oliva si estaría bien para aderezar.
Niños en edad escolar
Nuestro mensaje de 5 raciones entre frutas y hortalizas frescas es necesario empezar a practicarlo desde que son pequeños. No pueden faltar 2 o 3 raciones de fruta al día ni tampoco olvidar 3 o más raciones de hortalizas, algunas en forma de ensaladas o como guarnición de segundos platos.
Si no hay contraindicación médica, el niño ya puede comer prácticamente todas las hortalizas y ya no sólo en forma de puré, sino también en trocitos, y cada vez más de este modo, para animar al pequeño a que mastique. Podemos cortar los alimentos en formas curiosas para hacerlos más apetecibles.
Embarazadas
La salud de la madre y el bebé no sólo depende de la alimentación seguida durante el embarazo sino también de los hábitos adoptados antes de éste. Practicar una alimentación equilibrada y saludable antes del embarazo abastece al cuerpo con reservas de nutrientes que el bebé utilizará a lo largo del embarazo.
Tercera edad
Para el adulto mayor al necesitar menos alimentos, deben ser cuidadosamente seleccionados para no afectar la salud.
Deberemos incluir por ejemplo comidas ricas en antioxidantes, que pueden ayudar a mantener el organismo joven durante más tiempo. Los antioxidantes tienen la función de neutralizar el efecto destructivo de los radicales libres sobre las células de nuestro organismo. Esta alimentación resulta muy útil para las personas mayores que son las que están inmersas en el proceso de envejecimiento. Entre estos alimentos tenemos las zanahorias, espinacas, calabaza o tomates. Además, los mayores deberían consumir espárragos y guisantes y como mínimo una hortaliza de hoja verde oscuro como acelgas, lechugas o coles a diario.
En realidad, es muy fácil beneficiarse del consumo diario de hortalizas frescas a cada edad. Ellas mejorarán, sin duda, la calidad de vida ¡en todas las edades!.
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